HACO

Como muchas de las grandes organizaciones, la líder mundial en etiquetas también se originó de una pequeña empresa familiar. En 1928, en Vila Itoupava, en Blumenau, Santa Catarina, la familia Conrad, venida de Alemania, adquirió una pequeña fábrica de cordones de algodón. Era una estructura muy sencilla, con sólo diez empleados y seis telares. Desde entonces, muchos eventos históricos se transformaron en oportunidades, gracias a la visión emprendedora de la familia. Desde el final de la Primera Guerra Mundial, una nueva ola de inmigrantes alemanes, siendo muchos de ellos profesionales de la industria textil, llegó a la región – que pronto se convirtió en un importante polo del sector. Haco cumplió un destacado papel en este proceso. Ya en 1942, al adquirir cuatro telares, comienza la producción de etiquetas tejidas. Impedida de realizar cualquier importación de equipos, por las restricciones de la Segunda Guerra Mundial, pasó a desarrollar sus propios telares, alcanzando la producción de 30 telares de lanzadera al año. Para cada situación, nuevos retos fueron resultando en una mentalidad volcada a la innovación y la capacidad de crear situaciones. Así que, en la década de 80, renovó su parque industrial con los primeros telares electrónicos para etiquetas tejidas. Mientras siguió implantando lo que hay de más avanzado en tecnología, siguió su proceso de expansión, adquiriendo más unidades fabriles – actualmente son seis, cinco en Brasil y una en Portugal – y ampliando su representación comercial. Actualmente, Haco experimenta un periodo de reposicionamiento del mercado, reafirmando su esencia como una empresa con portfolio integrado de soluciones en identificación. Más que una materia prima de cualidad o una empresa con capacidad de innovación y entrega, Haco tiene en su DNA la moda y participa con sus soluciones en el producto final de grandes marcas en el País y en el mundo.