TERLIZZI

Agarrados de las manos con el futuro

Las manos de doña Ottilia Cussolino Terlizzi que cosían corseletes artesanalmente en la década de 50, con seguridad no sabían, pero estaban moldando el futuro de una grande empresa. Más que eso: estaban comenzando a escribir la trayectoria de un icono en el mercado de accesorios para Ropa Intima.
Una necesidad, una inspiración… una pasión Inconformados con la dificultad de la madre en encontrar ballenas que diesen el acabamiento adecuado a la pieza, los hijos Miguel, Mário y Cláudio deciden fabricarlas. Y esas manos, movilizadas por el espíritu emprendedor y por la osadía, instalan en el Brás/SP, en 14 de noviembre de 1952, la Industria de Artefactos de Metales Terlizzi.
Visionarios, además de ballenas, pasan a fabricar también argollas y reguladores… Ahora, ya son decenas de manos de funcionarios imprimiendo calidad y belleza a las piezas que componen corseletes y brasieres. Brás/SP se quedo pequeño; montaron la fábrica en Mooca, llegando a tener tres unidades. En 1974, transfieren sus instalaciones para Cerquilho/SP, donde permanecen en constante ampliación.
Terlizzi comprueba, ya inicialmente, su vocación por el liderazgo, no solamente como fruto de la continua búsqueda por la perfección e innovación, pero también por la fuerte disposición en inversión tecnológica de punta. En 1957, llegan las primeras máquinas, adquiridas en Suiza, para fabricación de ojetes.

Hoy, a los 60 años, la historia de Terlizzi es escrita por las manos de sus más de 250 funcionarios. Son seis líneas de productos, una mezcla inigualable para atender clientes, en el territorio nacional y en 8 países de América Latina.
Con la confianza construida por la tradición reconocida, la empresa instala una nueva Era – una era de fortalecimiento de las relaciones internas y externas, pautada por la atención a los deseos y necesidades de sus clientes.